No hay nada mejor que hacer un alto en el camino para reponer fuerzas. Y eso es lo que Katy Perry está haciendo en Ibiza. La cantante se toma unos días de vacaciones poniendo en pausa su gira mundial pero luego continuarla con las baterías bien puestas.
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La cantante se dejó ver en una playa de rocas de la isla junto con su perrita Nugget y su asistente Tamra Natisin, pero sin rastro de la que todavía es su pareja, el actor Orlando Bloom.
Enfundada en un bañador, protegiéndose del sol con un gran sombrero y gafas y derrochando su particular estilo, la cantante de 33 años pasó ciertas dificultades para salir del agua debido a las rocas, pero eso no fue impedimento para disfrutar de un baño de sol y mar en la mayor de las Pitiusas.









