La FIFA dio un golpe duro al deporte peruano luego de su último anuncio. El máximo ente del fútbol decidió retirar a Perú como anfitrión de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA 2023. Sin embargo, esto no afectará el desarrollo del evento, el cual tiene como fecha de inicio el 10 de noviembre y culminará el 2 del mismo mes. En ese sentido, se informó que en el transcurso de los días el Bureau del Consejo de la FIFA elegirá a un nuevo organizador.
¿Qué motivó de la decisión?
“La decisión se adopta tras quedar patente la incapacidad del país para cumplir con sus compromisos y terminar las infraestructuras necesarias para disputar el torneo”, detalló en un comunicado oficial de la FIFA.
Pese a la buena relación que existía entre él y la FPF, se llegó a la conclusión que el Gobierno peruano no podrá garantizar el término del trabajo por falta de tiempo y de control de la inversión.
“La FIFA desea dar las gracias a la FPF por su esfuerzo y no descarta organizar un torneo en Perú en el futuro”, escribió el ente máximo del fútbol en el Mundo.
Inicio del acuerdo
La FIFA había determinado, el pasado 15 de marzo, que el país andino sería la sede del Mundial Sub 17, pese a las dudas que surgieron previo a su organización. Una de las decisiones que generó mayor desconfianza y puso en peligro al proyecto fue la reducción del presupuesto por parte de Pedro Castillo para la realización del evento (de S/ 650 millones a S/ 350 millones). Asimismo, la exclusión de Chiclayo de la lista de ciudades anfitrionas por un “tema netamente político”. Además de la entrega de garantías del Gobierno peruano a la FPF efectuada un día antes que el plazo, impuesto por FIFA, venciera.
Asimismo, sobre la marcha se determinó que los estadios de Piura y Tacna no lograron las remodelaciones solicitadas, ya que se identificaron irregularidades en las licitaciones. El Estadio Nacional era uno los pocos en condiciones para disputar los partidos. Por otro lado, en el norte del país estaba siendo afectado por el ciclón Yaku, el cual produjo desbordes, huaicos y cuantiosos daños en la infraestructura de varias ciudades eliminando la idea de que Perú sea el anfitrión.
