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Existe un motivo psicológico, detrás del hecho de que alguien recurra a ghostear. Los especialistas explican que algunas personas dejan de hablar por completo simplemente cuando se enfadan.
Explicación psicológica de las personas que se dejan de hablar
Si alguna vez has discutido con alguien hasta el punto de que deje de hablarte por completo o simplemente “ghostearla”, existe una explicación psicológica detrás de este tipo de comportamiento que también se le conoce como “la ley de hielo”.
Este método silencioso de ignorar a otra persona como consecuencia de una pelea aunque te parezca “inofensiva”, puede llegar a tener importantes consecuencias en la persona que lo sufre. Así lo revelaron algunos especialistas:
“Este tratamiento silencioso, nos afecta debido a que activa la corteza cingulada anterior, la parte del cerebro que detecta el dolor físico. Por lo tanto, podríamos afirmar que ignorar es violencia a pesar de que no haya ningún contacto físico con la persona”.
¿Por qué alguien recurre a ghostear?
Desde la perspectiva de los psicólogos, explicaron cuáles son las razones por las que algunas personas pueden aplicar la “ley del hielo” a los demás:
Culpabilizar a los demás: Algunos tienen la tendencia a ignorar a los demás, con el único fin de culpar a la otra persona de un problema que son de ellos mismos, por lo que mayormente ocurre con personas narcisistas y egocéntricas.
Castigar: También es un método que busca ignorar a una persona, como una manera para “dañar o castigarla”, pero debes tener en cuenta que esto es una manipulación emocional.
En cualquier caso, cuando se ignora a una persona simplemente por una pelea, se llegan a tener consecuencias emocionales y psicológicas en la otra persona. “En muchos casos, las personas prefieren evitar una confrontación. La ley del hielo hace que las víctimas experimenten rechazo, culpa, soledad y desesperación”, confesaron los expertos.
Asimismo, estas acciones pueden perjudicar la autoestima de la otra persona y generar episodios de estrés o angustia, ya que también afecta a nivel físico.
“Nuestro cerebro detecta este tipo de comportamientos como un dolor físico y esto acaba implicando que aquellos que lo sufren sientan dolor de cabeza, así como pueden experimentar molestias en el estómago y hasta sufrir de ansiedad o insomnio”, concluyeron.
