Conoce la historia viral del hombre japonés que se alquila como acompañante: “Soy un hombre alquilado para no hacer nada”

Aunque suene poco creíble, el caso de Shoji Morimoto es real, pues su viral historia se dio a conocer hace algunos años. En la actualidad, ya está casado y con hijos, pero en el 2018 relató a detalles cómo empezó su popular trabajo “haciendo nada”.

La historia de Shoji Morimoto, el japonés que le pagan por salir

Si creías que por no hacer nada, pierdes dinero, estás equivocado. En Japón, desde hace varios años se popularizó el alquiler de personas para citas casuales, donde una persona puede pagar por salir con alguien. No obstante, la viral historia de Shoji Morimoto te dejará sorprendido.

Shoji Morimoto es un hombre japonés, que actualmente tiene 37 años y es muy popular en Twitter. Aunque su historia viral se remonta al 3 de junio de 2018, cuando decidió emprender este curioso negocio: “ser acompañante de alguien, pero sin hacer nada más”.

El hombre, ha confesado que su viral trabajo no incluye actividades íntimas, pues solo se limita a acompañar a las personas en sus salidas.

“Soy un hombre alquilado para no hacer nada. Cuando estoy con mis amigos siento que tengo que divertirlos. Pero con Shoji Morimoto siento que no tengo que decir mucho y puedo solo permanecer en silencio”, confesó en declaraciones para AJ+.

¿Cuánto es lo que cobra por este negocio?

En la actualidad, Shoji Morimoto cobra 10.000 yenes japoneses, que equivalen a $75 dólares la cita. No obstante, este monto no incluye los gastos del transporte, su comida o bebidas. Aunque sea difícil de creer, su historia es muy viral en Twitter.

“La gente cercana me solía recriminar que en las fiestas o barbacoas yo no hacía nada. Me sentía culpable. Pero después pensé en que a lo mejor podía sacarle alguna ventaja a ese inconveniente y se me ocurrió el negocio de rentar a una persona para que no haga nada”, aseguró Shoji Morimoto en una entrevista con la BBC.

Por otro lado, Shoji Morimoto explicó para el mismo medio, que jamás aceptará encuentros sexuales pues su trabajo no es ese:

“Creo que la razón por la que la gente demanda mis servicios depende de las circunstancias del cliente (...) Creo que todo se reduce a necesitar ‘la presencia de un ser humano’ en una situación dada.’”